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miércoles, 12 de junio de 2013

Papa Francisco: “Hay un lobby gay en el Vaticano”

bergoglioEn los casi tres meses que lleva como Papa, Francisco ha dedicado numerosos discursos y homilías a condenar la corrupción, incluida la corrupción que reina en el interior de la Iglesia. Pero ahora ha dado un paso mucho más allá. El Pontífice, por primera vez, ha reconocido abiertamente la existencia de un lobby gay en el interior del Vaticano.

Fue el pasado jueves, durante el encuentro de una hora que el Papa mantuvo con la directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR). En ese encuentro, y según recoge la web chilena Reflexión y Liberación, el Papa admitió la existencia de un lobby gay en el Vaticano, de una red de corrupción homosexual. “En la curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción, también la hay, es verdad… Se habla del ‘lobby gay’, y es verdad, está ahí… hay que ver qué podemos hacer”, habría dicho.

Hace ya tiempo que se venía hablando de luchas de poder, malversaciones económicas y relaciones homosexuales dentro de la curia romana. De hecho, la histórica dimisión de Benedicto XVI como Papa ha sido atribuida por varios medios de comunicación al espanto y pesadumbre que para Ratzinger habría supuesto el enterarse fehacientemente de la existencia de ese grupo de poder homosexual y de sus posibles chantajes a importantes miembros del la curia . Pero, hasta ahora, la Santa Sede había siempre rechazado que en el Vaticano hubiera un ‘lobby gay’.

Federico Lombardi, el portavoz de la Santa Sede, no ha querido hacer comentarios sobre las palabras que la web Reflexión y Liberación atribuye al Papa en relación a la existencia de un lobby gay dentro del Vaticano. Sin embargo varios vaticanistas consultados por elmundo.es consideran que es perfectamente plausible que Francisco las haya pronunciado, visto que el Pontífice es capaz de abordar sin tapujos cualquier tema, por muy espinoso que sea.

“La reforma de la Curia romana es algo que pedimos casi todos los cardenales en las congregaciones previas al Cónclave. Yo también la pedí”, habría confesado Francisco en su encuentro con la directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos. “La reforma no la puedo hacer yo, estos temas de gestión… Yo soy muy desorganizado, nunca he sido bueno en esto. Pero los cardenales de la comisión la van a llevar adelante”, añadía en relación a la comisión de ocho cardenales que ha creado de para que le ayuden a gobernar la Iglesia y a reformar la curia romana.

El informe de Benedicto
Benedicto XVI decidió su renuncia tras haber recibido un informe ultrasecreto elaborado por tres cardenales, en el que se denuncia una trama de corrupción, sexo y tráfico de influencias en el Vaticano, revela el diario italiano La Republica.

El informe revelaría un sistema de “chantajes” internos basado en debilidades sexuales y ambiciones personales. El texto, de 300 páginas, que se refiere a un “lobby gay” dentro del Vaticano, fue entregado en diciembre al pontífice, según la periodista que no aclara cómo accedió al documento.

Los cardenales establecieron que existen varios grupos de presión dentro del Vaticano, entre ellos uno sujeto al chantaje, a “impropriam influentiam” por su homosexualidad.

Otro grupo es especializado en montar y desmontar carreras dentro de la jerarquía vaticana y otro aprovecha para usar multimillonarios recursos para sus propios intereses, a la sombra de la cúpula de San Pedro a través del banco del Vaticano.

“Fantasías, invenciones, opiniones”, aseguró el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, tras advertir que no comentará el artículo y que los cardenales involucrados no aceptarán conceder entrevistas.

Bergoglio y el matrimonio gay
El pasado 19 de marzo, seis días después de la elección del papa Francisco, el “New York Times” publicó que cuando en Argentina se encendió el debate sobre la introducción del “matrimonio gay” – entre el 2009 y el 2010 –, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio estuvo a favor de una solución de compromiso que legitimase una unión civil para las personas del mismo sexo.

Qué sucedió realmente es controvertido. Según reconstrucciones periodísticas confiables, durante una reunión de la Conferencia Episcopal los obispos argentinos discutieron efectivamente sobre cómo afrontar la cuestión. La línea que prevaleció al final no habría sido la de las “palomas”, encarnada por Bergoglio, sino la de los “halcones”, guiada por el arzobispo de La Plata, Héctor Aguer.

Sin embargo, la divergencia no estaba en la oposición al “matrimonio gay”, sino en la forma de hacerlo y en la aceptabilidad de un compromiso que admitiese las uniones civiles sin utilizar la palabra matrimonio.
Pocas semanas antes que se aprobara la ley, el 15 de julio de 201, que legalizó en Argentina el matrimonio homosexual, junto con la posibilidad de adoptar hijos, Bergoglio escribió una carta a los cuatro monasterios carmelitas de Buenos Aires.

En ella, después de haber reiterado que en realidad “no se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento)” sino de “una ‘movida’ del padre de la mentira que desea confundir y engañar a los hijos de Dios”, pedía que “clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los Senadores que han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por situaciones de coyuntura, sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les señala”.

Bergoglio veía actuar en la nueva ley a “la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y conquistar la tierra”.

Pero para afrontar el desafío se confió más a las oraciones de las monjas de clausura que a proclamas públicas, declaraciones solemnes o manifestaciones en una plaza.

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